lunes, 7 de octubre de 2013

.Pura.

¡Hola de nuevo!
Siento haber tardado tanto en volver a publicar, pero es que estoy liada con el instituto, los deberes, estudiar, danza, etc... y por eso tengo el blog un poco abandonado jijijiji ¡Pero ya estoy aquí! Bueno, como E.J. me lo ha pedido, he decidido comenzar a publicar uno de mis libros. Es uno de los últimos que he empezado, así que no va muy avanzado que digamos, y además tampoco tiene título, porque eso de los títulos no es mi fuerte jajajaja. Pido disculpas por adelantado si tardo mucho en publicar capítulos, pero es que tengo mis momentos de ''Súper inspiración'' y mis momentos de ''Inspiración por debajo de 0'' jajajajaja. Y nada, eso es todo. Espero les guste este primer capítulo.
Muchos besos, Thais.

CAPÍTULO 1


- Dicen que es un buen local- dije mientras avanzaba por las oscuras calles.
Estaba buscando el Nathan's Club, una discoteca bastante famosa situada a las afueras de Lake City. Un folleto se anuncio que hablaba sobre el sitio había sido colocado en el buzón de mi casa aquella tarde, y en el de los otros vecinos, y sinceramente, me picaba la curiosidad. Quería saber qué tan bueno era el local, ya que todos y cada uno a los que le había pedido opinión sobre él, me habían dicho que era excelente. Tendría que ser fantástico si tanta gente me había recomendado ir, y puesto que las discotecas eran uno de  mis lugares y puntos de interés favoritos, le daría la oportunidad a esta de hacer honor a sus cumplidos. Además, si las chicas y yo íbamos a vivir allí, teníamos que conocer ciertos lugares de importancia incluidas,  por ejemplo, las mejores discotecas.
- Si es tan bueno deberías buscar a la marabunta de gente, y ellos te guiarán hasta la discoteca- dijo Rachel al otro lado del teléfono.
Sí, ya sé que es ilegal hablar por teléfono mientras se conduce, pero aquel era un viaje importante y no podía dejar de administrar información en ningún momento.
- Supongo que tienes razón- le dije-. Oh, espera- murmuré mientras mis ojos captaban las palabras "Nathan's Club'' en grandes letras de color rojo y negro al final de la calle-, creo que es ese de ahí.
- ¿Ya lo has encontrado?- preguntó Lynette, y sentí cómo se aproximaba al teléfono.
- Sí- contesté-, estoy viendo el cartel del local- miré a mi alrededor, en busca de un lugar para aparcar.
- ¿Ves mucha gente?- Rachel preguntó, tratando de comprobar si su teoría de la marabunta era correcta.
- No sé- dije-. Estoy buscando aparcamiento, no estoy pendiente de ellos.
- No encontrar aparcamiento fácilmente también es un indicio de que hay bastante gente con los mismos planes que tú- añadió ella.
- O también puede que sean los coches de los vecinos que viven por aquí- la chinché.
- Yo me quedo con mi teoría- bufó ella.
Rachel era de esas chicas que querían encontrar una razón lógica para todo, y se molestaba mucho cuando mis comentarios quebraban sus argumentos. Aunque, a pesar de su manía de encontrar motivos razonables para cada cosa, su pasión por el arte, sobretodo el arte abstracto, hacían que en ocasiones hasta se llevara la contraria a sí misma, lo que nos había otorgado muchos momentos graciosos. Lynette, por su parte, era una chica amable y espontánea, amante de la moda y fiel a su amor por el periodismo. Ese amor la hacía una preguntona nata, lo que resultaba encantador hasta que formulaba preguntas que se volvían comprometidas y se ponían en tu contra. No es que lo hiciera queriendo, al menos no la mayoría de las veces, pero se dejaba llevar y la muchacha ni siquiera se daba cuenta de lo que decía hasta que una se lo decía. Por lo tanto el gran sueño de Rachel era poder llegar a crear y organizar su propia exposición y convertirse en una pintora famosa. Lynette por su lado soñaba con ir por el mundo haciendo tantas entrevistas y reportajes como le fuera posible.
¿Y yo? Yo era un caso aparte.
- ¿Estás segura de que vive gente cerca de la discoteca?- preguntó Lynette-. Es raro que no hayan puesto denuncias al dueño por la música alta.
- Ya- dije mientras daba marcha atrás para aparcar el coche en el hueco libre que había encontrado-. Yo también lo pensé, así que investigué un poco, y al parecer las paredes están insonorizadas. La gente del exterior no escucha nada de lo que sucede dentro. Punto para el Nathan's Club.
Bajé del conche y analicé lo que me rodeaba. En el exterior corría una brisa fresca, común en una noche de verano en Míchigan, que ondeó mi largo pelo negro a mí alrededor. Todo estaba tranquilo y no se escuchaba nada salvo las tenues voces de algunas personas a lo lejos. Volviendo mi atención al coche, avancé hacia el maletero y lo abrí.
- Eso es bastante guay- dijo Lynette mientras tanto-. Aunque también costoso. El dueño debe ser millonario si no, no comprendo cómo se ha podido permitir insonorizar el local.
Saqué unas botas negras de tacón alto de caña baja y me las puse como pude, colocando el móvil entre mi oreja y mi hombro. Una vez las tuve puestas, metí las deportivas que me acababa de quitar y las puse donde anteriormente habían estado las botas. ¿Y por qué había hecho aquello?
Pues porque conducir con unas botas con un tacón de vértigo no resultaba una tarea fácil.
Gracias a la luz de una farola cercana, pude ver mi reflejo en el inmaculado rojo de mi Nissan G- TR Spec V. Para aquella noche había elegido unos jeans ajustados azul celeste rasgados, que dejaban partes de la piel de mis piernas al descubierto allí donde había una raja,  y una blusa ajustada de encaje negro, con las mangas a la altura de los codos, que dejaba la totalidad de mi espalda al descubierto. Había dejado mi largo pelo negro azabache suelto y gracias a un par de técnicas de internet, me había ahumado mis ojos avellana con delineador negro.
Perfecta para mi primera noche en el estado de Míchigan.
- A mí con tal de que no sea un millonario sobrenatural, no me importa para nada quién sea- dije al mismo tiempo que arreglaba un poco mi pelo-, o cuanta fortuna posea.
- ¿Crees que te encontrarás con muchas gente sobrenatural esta noche?- preguntó Rachel.
- Cariño- contesté yo, cerrando el coche con el control remoto de la llave y comenzando a avanzar por la calle-, este es uno de los lugares con mayor población sobrenatural del mundo. Si no me encuentro con uno ahí es que el local no es tan famoso depués de todo.
- ¿Qué haces ahora?- preguntaron.
- Estoy a unas calles del local- dije-, caminando hacia él. Empiezo a ver más gente caminando también.
- ¿Algún sobrenatural?- preguntó Lynette.
- ¿Algún freak?- preguntó Rachel.
Me reí ante el comentario de esta última.
- Veo un par de vampiros y un hada en la cola, además el portero es un vampiro- dije, observando mí alrededor-. Los demás son todos humanos, y algún que otro Freak.
- ¿Y los freaks no son humanos?- preguntaron las dos al mismo tiempo, y las tres reímos en conjunto.
- Son humanos raritos- concluí yo-. Oh por favor.
- ¿Qué pasa?- Rachel dijo. Su voz sonó entrecortada, no por la falta de cobertura, sino porque estaba comiendo algo.
- La cola- contesté-, es gigantesca, y mis preciosas botas no están hechas para esperar en la calle al lado de los freaks.
- No te pongas al lado de ellos- dijo Lynette con sarcasmo en su tono-, ponte detrás.
- Muy graciosa- dije yo haciéndole una mueca al móvil-. Intentaré hablar con el portero, si tengo que esperar mucho, me piro a otro sitio.
- Usa tus encantos de mujer, cariño- exclamó Lynette, su voz más alejada del teléfono.
Nuevamente, las tres reímos.
Una de nuestras discusiones principales en los temas referentes a nuestra capacidad para ligar, los chicos, etc...era el hecho de mi escasez de encantos femeninos. ¿Pero qué querían que hiciera? Yo era como un diamante en bruto con respecto a eso, es decir, los tenía, pero se encontraban escondidos dentro de mí, y tampoco e que yo me molestara mucho en buscarlos. Todas sabíamos que poseía esos encantos femeninos, el problema era que, aparte de que yo no me esforzaba en desarrollarlos, tampoco sabía como usarlos.
- Sí- dije yo riéndome-, usaré de eso de lo que me hablas. Esperad un segundo.
Bajé el teléfono cuando alcancé el lugar al lado del portero. Era un vampiro alto, corpulento, de raza negra e iba vestido con el típico traje negro de portero de una discoteca, con un pinganillo conectado a su oreja por un cable blanco y rizado. Su expresión era seria mientras observaba a los tres adolescentes que estaban al frente de la cola, dos chicos y una chica. Detrás de ellos, los demás miraban irasciblemente al trío, y algunos al fondo les gritaban que se apartaran de el medio.
- ¡Todo esto no estaría pasando si no hubieses perdido el carnet!- le gritaba la chica a uno de los chicos.
Entre tanto, el portero me miró, sus ojos examinándome de arriba abajo, dando una gustos sonrisa de aprobación ante lo que veía.
- Disculpe- dije yo, echando una mirada de reojo al trío que impedía que la cola avanzara-. ¿Podría decirme cuanto va a tardar en avanzar de nuevo la cola? No tengo toda la noche para esperar a que estos tres arreglen lo suyo.
Recibí miradas asesinas de los tres adolescentes.
- Oye guapita- dijo la chica que antes había estado gritando y que parecía tener la voz cantante del grupito-. Perdona pero nosotros estábamos aquí primero, así que lleva tu hermoso culo atrás, deja de molestar y no te metas donde no te llaman.
La mirada que le dediqué hizo que ella tragara saliva, junto con el resto de sus palabras, y evité las ganas de sonreír. Luego miré a los que estaban detrás de ellos en la cola.
- ¿Opináis que soy yo la que molesta aquí?- les pregunté, y todos negaron mientras miraban molestos a los tres de adelante. Volví a mirarla a ella-. ¿Ves? No soy yo la que molesta.
La examiné de pies a cabeza, dándole a entender, por si no lo había captado todavía, que eran ella y sus amigos los que no pintaban nada allí. La cara de la chica se puso roja de rabia y lanzó un quejido mientras daba un zapatazo al suelo con uno de sus tacones.
-¡Vayámonos de aquí!- gritó y comenzó a alejarse de la cola, seguida por los chicos.
- Entonces- dije volviendo a mirar al portero, que susurraba algo al pinganillo de su oreja-. ¿Puedo entrar ya?- él me sonrió y abrió la puerta.
- Adelante- susurró sin borrar su sonrisa, y pude ver el filo de uno de sus colmillos asomándose.
Yo le sonreí tan pícaramente como pude.
- Gracias- dije y entré.
La puerta se cerró detrás de mí y me encontré en un largo y oscuro pasillo que casi me pone los pelos de punta. Puse el móvil de nuevo en mi oreja, mientras avanzaba en la oscuridad. A lo lejos, podía sentir el retumbar de la música a todo volumen a través de las paredes y lo seguí hasta llegar a un tramo de escaleras que descendía. Al final de ellas se podía ver una puerta blanca, con una pequeña ventanita cuadrada que dejaba ver la fiesta al otro lado.
- Ya estoy dentro- dije, bajando los escalones con precaución.
Unos tacones de cinco pulgadas, en unas escaleras a oscuras, podían resultar una trampa mortal si no se tenía cuidado y se daba un mal paso.
- Eso no ha sido usar, exactamente, tus encantos de mujer- rio Lynette.
- Pero de todos modos ha funcionado- confirmó Rachel, y escuché el crujir de algo siendo mordido.
- ¿Son eso patatas fritas?- pregunté-. Qué hambre.
- ¿Es eso música?- preguntaron las dos, ignorando mi apetito.
En efecto, me encontraba enfrente de la puerta blanca, y a aquella distancia la canción se escuchaba claramente. Sonaba "Till The World Ends" de Britney Spears y podía ver a la gente bailando al son de la música, tocándose y sobándose como si les fuera la vida en ello.
- Me encanta esa canción- dijo Lynette-. Dios, se me está antojando ir de fiesta- yo reí.
- Bueno chicas- dije-, os dejo. Ya os llamaré y os contaré como ha ido.
- De acuerdo- cantaron las dos.
- Diviértete- dijo Rachel.
- ¡Y lígate a algún chico guapo!- exclamó Lynette.
- Adiós- dije y colgué.
Ubiqué el móvil en uno de los bolsillos con cremallera de mi jean y la cerré, asegurándome de que no lo perdería durante la noche. Eché otro pequeño vistazo por la ventanita y observé como todos, de un modo u otro, se divertían y se lo pasaban bien. Unos bailando, otros bebiendo, otros hablando y algunos, hasta simplemente respirando. "Ya es hora de que tú también te diviertas y te lo pases bien", pensé.
Y así, con ese pensamiento, no lo dudé dos veces antes de abrir la puerta y entrar.

4 comentarios:

  1. Se ve muy interesante. ¿Pero entonces, es una novela sobrenatural?
    Será romántica, de intriga... Dime, dime jejjee

    Una cosita querida Thais. Si pones separación entre párrafos y también entre diálogos. Resultará mucho más cómoda la lectura, dado que a veces confunde y uno vuelve a la misma línea o una más abajo.

    Si quieres, me envías a mi correo el tuyo. Por si te interesa, cinco pasos que me indicó no hará mucho una escritora. Ayudan un montón a escribir de forma correcta. Al menos, yo me lo he notado con mi forma de escribir de unos meses atrás.

    He podido ver todos esos fallos. Y se que aún me quedan muchos por corregir. Pero me alegro de que me hayan ayudado con unos.

    Ahora, encuentro que cuando escribo veo más estructura. Por ello, muero de anticipación por corregir todas mis novelas. Pero no tengo tiempo. jajajja

    Así que si te interesa, dímelo!!!!! Yo encantada de pasarte esos cuatro puntos.

    Un enorme beso y no te tardes en subir el siguiente capi.

    stuart.xiqui@hotmail.com

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  2. jaja Muchas graicas E.J. de verdad
    Me encantaría conocer esos pasos para así poder escribir mejor mis libros. Me alegra que te ayudaran a ti a mejorar la forma de escribir tus libros y espero encuentres más formas de mejorarlos aun más para que queden mejor todavía
    Un besote y muchos abrazos.
    ¡Y gracias por leer mi libro! jajajja

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  3. Hola hermanita,
    ¿Esta historia es nueva? Que mala eres no me la habías pasado jijiji.
    En mi opinión se ve muy interesante, como siempre pido mas jijiji.
    Muchos besos

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  4. Sí Yola, es nueva. ¿Y para qué te la paso si la otra que te di no te la has leído, eh? Si n te lees la otra, no te doy esta jajajaj. Las cosas como son.
    Besos.

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