miércoles, 2 de abril de 2014

Herida(Wounded)

CAPÍTULO 8


- Dani, hemos preguntado en enfermería y nos han dicho que…- dijo Jul mientras abría la puerta de golpe junto a Betty.

Rompí el besó en cuanto escuché la voz de mi amiga aunque ya era demasiado tarde, lo habían visto. Por otro lado Kile no hizo ni el más mínimo esfuerzo por quitarse de encima de mí, pero como anteriormente había soltado su agarre pude liberarme antes de que él pudiera evitarlo.

- Kile- dijo Jul intentando ocultar su frustración por lo que acababa de ver-,perdóname por ser tan antipática pero márchate ahora mismo

Él hizo caso y haciendo todo lo posible por ocultar una sonrisa, salió cerrando la puerta tras de sí.  Me giré para coger mi camiseta, pero no la vi por ninguna parte y supuse que Kile se la habría llevado.

- ¿Qué ha pasado, Dani?- preguntó Jul.

No sonaba enfadada ni frustrada, más bien curiosa. Yo tan solo me levanté y cogí otra camisa del ropero, casi igual a la anterior, solo que esta era gris. Me la puse y comencé a ordenar el tocador que, de repente, me pareció extremadamente desordenado.

Mis dos amigas se sentaron en la cama.

- ¿Te gusta?- continuó preguntando.

- No- dije mientras me giraba y la miraba a los ojos.

- ¿Entonces por qué os besabais?

- Corrección, él me besaba- dije-. Yo solo me vi obligada. ¿Pero no visteis como me agarraba? Además ni siquiera sé qué demonios pasó. Primero él me estaba poniendo la pomada en la espalda que me dio el médico y en un abrir y cerrar de ojos él estaba encima de mí.

Ellas me miraron sospechosamente, sopesando si creerme o no.

- Bueno, lo que está claro aquí- dijo Jul mirándome con picardía-, es que tú a él si le gustas.

- O puede que solo trate de divertirse y vea todo esto como un juego- repliqué.

- No…tonterías- repuso ella-. Acabas de matar a una vampira medio pirada delante de todo el mundo, si quisiera jugar no lo haría contigo si sabe que puedes llegar a matarle- tenía que reconocer, en cierto modo, que aquello era realmente lógico.

- Pues siento aguarle la fiesta- dije-, pero no estoy interesada- fui a la cocinita y cogí un vaso con agua-. Que se lo quede Sol- tomé los calmantes y me tomé uno-, ella parece más interesada

- Querida- dijo Jul levantándose y poniendo sus manos sobre mis hombros-, lleva años detrás de él y la única vez que Kile le hizo caso fue cuando ella se emborrachó y le vomitó encima cuando intentaba llevarla de vuelta a casa.

Yo puse cara de asco mientras imaginaba aquella situación.

- Y cambiando de tema- dijo ella de repente-. Lo que has hecho con esa vampira, ¡dios tía, como ha molado! La forma en que has dejado KO a esa tipa ha sido espectacular, no sabía que tuvieses esa capacidad para luchar. Si hasta debo confesar que, durante una fracción de segundo mientras te miraba avanzar hacia, te tuve un poco de miedo, así que imagínate lo alucinante que me ha parecido.

Mientras ella hablaba yo miré a Betty y me sorprendí al ver que estaba, a su manera silenciosa, casi tan emocionada como Jul y durante un momento me paré a pensar en lo que eso quería decir. No solo ellas, sino que todo el mundo me había visto y no sabía cómo podían reaccionar. Al igual que mis dos amigas, algunos podrían estar alucinados y entusiasmados debido a la adrenalina, pero también muchos otros podrían temerme o incluso verme como una amenaza hacia ellos, algo que seguramente pensarían la mayoría de vampiros. Y como todo vampiro que se sentía amenazado hacía, probablemente algunos tratarían de aniquilarme o algo por el estilo, quien sabe.

- ¡Oh, Dani!- exclamó Jul de repente-. Y hablando de tu uniforme, ¿necesitarás uno nuevo no?

- Sí- contesté-, supongo.

- Entonces vamos- agarró a su prima del brazo para que se levantara y luego se dirigió a la puerta-. Le pediremos uno a la directora.

Ella salió, y Betty y yo nos vimos obligadas a seguirla. Sinceramente no tenía muchas ganas de salir y es que, ¿qué haría si me encontraba con Kile? Pegarle un puñetazo eso seguro pero, ¿y después? No sabría si odiarle o desearle porque vale que él era como una pesada y molesta mosca que vuela alrededor, pero no podía negar que aquel beso había estado bastante bien.

Pero en cambio, los pasillos estaban tranquilos y no había nadie allí excepto nosotras.

- ¿Dónde está la gente?- pregunté mirando a mi alrededor.

- Los de la academia Sullivan están en clase- contestó Jul-, y los de la Snake estarán ocupando su tiempo por ahí.

- ¿Y cómo es que Betty está aquí?- pregunté-. ¿No debería estar en clase?

- Tiene la primera hora libre- contestó sin mucho interés-. Su profesor está enfermo, creo.

Y después de decir eso comenzó a hablar de algo relacionado con la ventana de su cuarto, cosa a la que no presté mucha atención. En aquel momento estábamos dirigiéndonos a lo que yo pensé que iba a ser la peor pesadilla de mi vida, la zona de aulas. No sería tan malo si entre aquellos alumnos y yo hubiese un muro de ladrillos bien fuerte, pero es que en cambio aquí lo que había eran unas enormes cristaleras que dejaban ver a todo aquel que pasase por el pasillo y, después de lo sucedido con la vampira, creo que más de una mirada se fijaría en mí.

¿Y si doy media vuelta?

- Bueno Dani, ¿qué te parece?- preguntó Jul y, como si lo tuviesen ensayado, en cuanto ella pronunció mi nombre todos los que estaban al otro lado de cada una de las cristaleras, me miraron.

- ¿El qué?- pregunté mientras la miraba.

Y lo que encontré cuando la vi fue a ella mirándome con una extraña y divertida mirada, y una pose “amenazante’’ que daba mucho que desear. En conjunto, Jul parecía Darth Vader con gases e indigestión:

Debería dar miedo, pero costaba temerle si le veías en ese estado.

Así que me reí, mucho, y Betty, a su modo, también. De repente ya no me importaba que todos aquellos del otro lado de la cristalera me estuvieran mirando, porque la risa invadía cada rincón de mi cuerpo mientras avanzábamos y aquella risa me provocaba un enorme bienestar.

- Oíd chicas, no os riáis- protestó Jul mientras avanzaba para alcanzarnos-. Se supone que debo provocaros miedo, no haceros gracia.

Y me reí más.

¿Suponía que debía darnos miedo? No se había acercado ni siquiera un poquito a darnos miedo y eso que me había pillado por sorpresa. Esta vez Jul también rio, y de repente, fue tanto el tiempo que habíamos estado haciéndolo, que nos empezó a doler la barriga. Todavía riéndome un poco, me senté en un banco que se encontraba en mitad del pasillo y apoyé mis manos en mi barriga. Ya habíamos pasado las zonas de aulas y ahora, en frente nuestra, se encontraban el baño de los chicos y al lado, el de las chicas.

- Sinceramente chicas- dije-, hacía tiempo que no me reía tanto.

- Ya ves- dijo Jul-. Y eso que yo ni siquiera pretendía reírme.

- Venga, vamos- dije mientras me levantaba-. Tenemos que conseguir un uniforme- ambas se levantaron y las tres continuamos caminando en dirección al despacho de los directores.

El resto del trayecto transcurrió en silencio.

Tardamos unos cinco minutos en llegar al despacho y desde allí se podía escuchar a ambos directores hablando. No se entendía específicamente lo que estaban diciendo, pero se notaba que el tema trataba de lo sucedido en el comedor.

Yo golpeé un par de veces la puerta.

- Adelante- se escuchó decir a la directora tras un breve silencio.

Entré, seguida por Betty y Jul, y nos encontramos a ambos directores de pie ante la mesa, frente a frente pero mirándonos a nosotras. Por la pose que ambos tenían, parecían haber estado discutiendo.

- ¿Qué hacéis aquí, chicas?- preguntó la directora.

- Venimos a por un uniforme para mí- contesté avanzando un par de pasos-, puesto que el mío ya está inservible.

- Sí por supuesto- dijo la directora un poco desamparada-. Ya lo he mandado a pedir, así que lo dejaran en tu habitación en cuanto esté listo. No te preocupes, no tardará mucho.

Con un poco de desánimo, la directora avanzó hacia la silla de detrás de la mesa y se sentó. Su rostro se mostraba entristecido y su pose daba a entender que estaba cansada.

- Muy bien- dije un poco apenada-. Gracias- me giré y junto con mis dos amigas, salí de allí.

Sinceramente, aquello pintaba un poco mal.

El aspecto que mostraba la directora daba a entender que prácticamente ya se había rendido en la lucha contra aquel clan y eso no era precisamente bueno. Si la directora se rendía, no solo sentenciaba a muerte a los alumnos de la academia Snake, sino también a los de la academia Sullivan, lo que resultaría siendo la mayor matanza que hubiese existido jamás.

- Pasaba algo, ¿cierto?- preguntó Jul a mi lado.

- No, no para nada.

- Venga Dani- insistió mientras me agarraba del brazo y me hacía parar-. No soy una experta en esto de descifrar las emociones de la gente, pero se notaba perfectamente que la directora estaba mal e incluso tú ahora estás más seria que antes- yo no dije nada-. ¿Qué pasa?

Las miré a ambas durante un momento intentando buscar algo para hacer que se olvidaran de aquello, pero ninguna de las dos mostraba signos de querer ceder, así que simplemente decidí contarles lo que seguramente estaba pasando. Fuertemente solté el aire contenido y me senté en un banco, justamente el mismo banco donde nos habíamos sentado antes.

- Sí Jul- dije- tienes razón. La directora aparentaba encontrarse mal y pienso que es porque esta situación la supera. El único propósito de la directora al mudarnos todos aquí era concederles algo de tiempo para encontrar una solución para proteger la academia, pero no ha pasado ni una semana y ya una vampira ha conseguido encontrarnos, lo que quiere decir que el resto del clan pronto nos encontrará.

- Si es que no lo ha hecho ya- susurró Jul, consciente al fin de lo que estaba pasando.

- En efecto- afirmé-. Y lo peor es que la directora parece estar rindiéndose y si eso pasa…

Me quedé en silencio porque no podía terminar la frase. No quería que ellas dos pensaran que su futuro ya estaba decidido y que pronto iban a morir, pero Jul no era tonta y yo lo sabía.

- Y si eso pasa todos corremos el peligro de ser asesinados- las palabras de Jul eran casi inexistentes y su tono de voz me hizo entender que su mundo se venía abajo.

La sirena que daba el aviso para el cambio de hora sonó en ese momento y el pasillo poco a poco comenzó a llenarse. Las tres nos levantamos y despedimos a Betty, que se marchaba a su clase. Una vez se marchó, Jul y yo caminamos en silencio una al lado de la otra, pero no habíamos avanzado ni un par de pasos cuando, de repente, al fondo del pasillo vi a Kile. Tenía que esconderme, no quería hablar con él después de lo que había pasado, así que, aprovechando que todavía no nos había visto, agarré a Jul y la arrastré conmigo al baño de chicas.

- ¿Pero qué haces?- preguntó, volviendo a ser nuevamente la misma Jul de siempre.

- He visto a Kile- dije.
- ¿Piensas evitarle?- yo asentí-. Pero no podrás hacerlo todo el rato, en algún momento se cruzarán.

- Bueno, pues en ese momento, le pegaré un puñetazo, pero ahora, simplemente le evitaré.

Ella solo se rio.

Esperamos allí hasta que no escuchamos a nadie en el pasillo y luego fuimos en silencio hacia nuestras habitaciones. Aunque ella trataba de disimularlo, podía sentir que Jul todavía estaba preocupada por lo que habíamos hablado y durante un instante tuve un sentimiento de querer protegerla que jamás había sentido. Nada más llegar, cada una nos metimos en nuestras habitaciones en silencio. Una vez cerré la puerta, me quité las playeras y fui hacia la cocina a beber un poco de agua. Sabía que necesitaba descansar si quería estar al cien por cien esa noche para las clases, así que me metí en la cama y cerré los ojos, pero entonces alguien tocó la puerta y antes de poder levantarme ya Jul estaba dentro.

- Oye- susurró, no muy convencida de aquello-, ¿puedo quedarme contigo? Es que verás Betty estará fuera por las clases y sinceramente, ahora mismo no me apetece quedarme sola.

Yo sonreí y asentí, levantando la manta e indicándole que se acostara a mi lado. Un poco más aliviada, corrió hacia allí, se quitó los zapatos y se acostó a mi lado. Nos quedamos mirando la una a la otra durante unos segundos hasta que al fin ella dijo algo.

- Dime, crees que- se paró un instante, pensando bien lo que iba a decir-, ¿crees que esto se acaba aquí? ¿Que no lograremos sobrevivir?- yo alargué mi mano y cogí la suya en un intento de reconfortarla.

- No lo sé- dije-. Pero créeme que intentaré hacer todo lo posible para que ni a ti ni a Betty os pase nada- durante unos segundos, tan solo me miró, pero luego, con una sonrisa en el rostro, cerró los ojos.

Yo también hice lo mismo y me sentí bien por haberla hecho sonreír.

- ¿Dani?- susurró Jul al rato.

- ¿Sí?- dije yo adormilada.

- Gracias.

2 comentarios:

  1. ME ENCANNNNNNTAAA NANIIIIIII !!! Sigue asii jejej, (dejandome con intriga, mala persona) te quiero jejej ♥♥♥

    ResponderEliminar
  2. Muy bien muy bien. Esta vez te has portado muy bien jijiji no me has dejado en un punto muy interesante. Pero esperando mas jijiji.
    Muchos besos mi vida linda

    ResponderEliminar