miércoles, 25 de febrero de 2015

Relato Navideño

CAPÍTULO 3

Me sentía rodeada.

Siguiendo el plan que Joshua y yo habíamos acordado, me había infiltrado casi naturalmente en un grupo donde tan solo había hombres, seis para ser exactos. El plan consistía en que yo me ocuparía de “asesinar” a los chicos y él a las chicas, ya que el gesto que Joshua debía hacer era demasiado… ¿provocativo?, como para hacérselo a alguien de su mismo sexo.

Sin embargo, mi gesto tampoco me ayudaba.

Para que no resultase sospechoso, había adoptado una actitud coqueta y cercana hacia los del sexo opuesto, por lo que los casados o con pareja se ponían nerviosos y los solteros se mostraban interesados. Bueno, al menos se comportaban de ese modo hasta que yo les guiñaba el ojo y veían mis verdaderas intenciones. Cuando los eliminaba, a muchos les costaba disimular la sorpresa y los de alrededor comenzaban a sospechar, pero con tan solo picarles el ojo ya no podían hacer nada para alertar a sus compatriotas ciudadanos.

El juego, entonces, empezaba a parecerme divertido.

Regresando al grupo con el que estaba en ese momento, intentaba por todos los medios mantener mi excitación bajo control, y es que esos eran los últimos tíos que me faltaban. ¡Dos más y mitad del trabajo estaría hecho! La verdad es que, de los seis hombres con los que estaba, tan solo me quedaban dos de ellos por sacarme de encima y eso me entusiasmaba. Uno de los que me faltaba era alto, de pelo castaño, con algunas canas repartidas por su cabellera, y sus ojos eran marrones. Tenía un anillo de compromiso adornando su dedo anular y se llamaba Carlos. El otro era más o menos de mi estatura, de pelo negro y canas abundantes, y cuyos ojos tenían un color gris apagado. Su nombre era James, y había sido uno de mis compañeros de clase.

- Entonces – dijo Carlos en tono divertido -, ¿nos estás diciendo que tu jefe es un salido?

La pregunta iba dirigida a mí, ya que les había estado contando algo sobre mi trabajo, incluidos los escabrosos detalles de cómo mi antiguo jefe de redacción toqueteaba a todas las mujeres.

- Era – le corregí –. Tuvo un accidente en la sala de impresoras – hice un gran énfasis en la palabra “accidente” -. Casualmente yo pasaba por allí cuando ocurrió, y desde entonces ya no toca a ninguna chica de la redacción.

Después de decir eso le piqué el ojo a James, quien me miró sorprendido y luego empezó a reírse. Yo sonreí con autosuficiencia y es que tan solo me quedaba uno. No me creía que fuera a lograrlo ya que, a pesar de que Joshua y yo nos habíamos dividido el trabajo, el número de personas a eliminar seguía siendo bastante alto.

- ¿Casualmente? – preguntó al terminar de reír -. No sé si creerme mucho eso.

Yo puse mirada inocente y todos rieron, incluida yo, pero no había bajado la guardia. Aprovechando el momento, esperé a que Carlos me mirara y, cuando lo hizo, le guiñé el ojo. Su rostro se quedó blanco, puesto que le había cogido por sorpresa, y todos los del grupo volvimos a reír ante su reacción.

- Ay Anne – dijo uno de los chicos que ya había eliminado desde hacía rato -, quizás no eres tan inocente y dulce como todos creíamos.

- Jamás dije que fuera así – me reí débilmente -. Venga chicos, tenéis una cita con los rotuladores de las mesas.

Dicho eso, me marché con una gran sonrisa en el rostro, y es que finalmente me había librado de todos los chicos. Busqué a mi ayudante entre la multitud y le hallé hablando con un grupo de cuatro chicas justo cuando se mordía el labio para “asesinar” a una de ellas. Esta ser rio un poco por el gesto y se marchó sonrojada para pintarse la cruz correspondiente. Entendía perfectamente por qué ella se había sonrojado, ya que hasta yo lo había hecho. Joshua siempre había sido un rompecorazones en el instituto y todavía poseía aquel encanto natural que hacía a todas las chicas suspirar.

Pensaba en esto cuando él se dio cuenta de que le estaba mirando y se me quedó observando del mismo modo. Sus ojos verde-azulados penetraban bajo mi piel y provocaban que mi cuerpo aumentase su temperatura. Me mordí el interior de la mejilla y miré a otro lado, no dispuesta a dejar que viera cómo me sonrojaba. Me acerqué a una de las mesas y me serví un poco de refresco para tener algo que hacer y no pensar en aquel chico. Me hubiese servido algo de champán si no fuese porque debía conducir de vuelta a casa, y no me apetecía demasiado que la policía me parase.

- Veo que estás aquí parada – me susurró al oído y reconocí su voz a pesar de que no le veía -. ¿Debo suponer que ya has terminado?

Me giré para mirar a Joshua, sin acortar ni aumentar la distancia entre nosotros, y sonreí.

- Ajá – respondí -. ¿Y tú? – sinceramente, tenía curiosidad por saberlo.

- Ajá – repitió lo mismo que yo le había dicho y su sonrisa se volvió pícara.

Multitud de recuerdos me vinieron de golpe a la mente, recuerdos de cuando éramos unos meros adolescentes y él me sonreía de esa manera para hacerme sonrojar. El mismo Joshua me lo había revelado, ya que le parecía tierno que me sonrojase por una simple sonrisa. Yo me había excusado alegando que era propensa a sonrojarme por cualquier cosa, aunque la verdad era que estaba irremediablemente enamorada de él, y todavía era así.

Así que aquel gesto provocó que me sonrojara.

Su sonrisa se amplió por verme así y bajé la vista hasta mi vaso algo avergonzada. Sin embargo, él volvió a alzar mi rostro empleando su dedo índice para impulsar mi barbilla hacia arriba y se me quedó mirando.

- Mi hermosa estrella – susurró -, no has cambiado nada.

Me sonrojó incluso más de lo que ya estaba y si no fuera porque él me sujetaba, hubiese bajado la vista otra vez. ¡Señor, tenía que controlarme! Parecía otra vez adolescente, sonrojándome porque el chico que me gustaba me había dicho hermosa y se sentía genial escuchar eso surgir entre sus labios. ¿Y qué estaba mal en mí? Estaba bien sentirme así cuando era eso, una adolescente, pero yo ya no era una y debía superar de una vez dichos sentimientos.

Tenía que olvidar a Joshua.

- Disculpad amigos – dijo Megan -, ¿podéis prestarme atención?

Usé esa oportunidad para separarme de mi ayudante y miré al escenario, que era desde donde Megan había hablado. Segundos después Joshua se colocó a mi lado y esperamos a que ella hablara. Todos a nuestro alrededor dejaron sus conversaciones a medias también y contemplaron a la reina del baile.

- Hace casi tres horas estuve aquí  subida y di comienzo a un juego – empezó –. Por lo que, del mismo modo, lo doy por finalizado. Ningún ciudadano ha logrado atrapar a nuestro querido asesino pero, ¿habrá conseguido él o ella matar a todos?

Un murmullo se formó en la sala.

- Por favor, que levante la mano aquel ciudadano que haya quedado vivo – la petición de Megan se hizo eco en la sala, pero nadie levantó la mano y mi sonrisa apareció -. ¡Vaya, menuda sorpresa! Nuestro asesino y su ayudante lo han conseguido. Querría este equipo tan eficiente acompañarme en el escenario.

Joshua y yo nos miramos, ambos sonriendo por la victoria, y comenzamos a avanzar hacia donde nos habían llamado. Él colocó su mano en mi espalda, provocando pequeñas descargas, y sentí la mirada de todos sobre nosotros. Cuando llegamos al lado de Megan observé a los demás y vi caras sorprendidas en algunos y divertidas en otros, sobre todo en aquellos a los que yo había eliminado. Les dediqué a todos una sonrisa de disculpa y ellos sonrieron más.

- ¿Quién es el ayudante? – preguntó Megan  y Joshua levantó la mano -. Estupendo, así tu eres nuestra asesina – dijo mirándome -. Os felicito chicos, habéis hecho un buen trabajo, pero es una lástima que no lo hayáis terminado. Queridos ciudadanos, os comunico que acabáis de ganar todos vuestras entradas al concierto dado que hemos averiguado lo que necesitábamos – ¡eso es trampa!, pensé -. Anne, Joshua, el que consiga finalizar el trabajo, se llevará la cesta.

Los dos la miramos totalmente desconcertados y ella nos dedicó una maliciosa sonrisa. Joshua me miró y yo hice lo mismo con él, ¿quién de los dos había fallado? Supe que tanto mi mente como la suya trabajaban para saber de qué hablaba la antigua reina y di con la respuesta casi cuando me parecía que no lo conseguiría.

- Joshua – le llamé y él dejó a un lado sus pensamientos para prestarme atención.


Sonreí.

Acto seguido le guiñé el ojo.

viernes, 6 de febrero de 2015

¡¡LO SIENTO!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!! De veras que siento mucho este tiempo de ausencia, y también el tener a medias el relato navideño y mis otras dos historias, pero fuera de este lugar que me encanta tengo muchas cosas que hacer (estudiar ocupa un 99% de esas cosas) y no tengo tiempo para avanzar aquí. Lo sé, imperdonable (T-T).

Trataré por todos los medios terminar lo antes posible el relato navideño que ya se me pasa hasta de época jajajajajaj Pero bueno, lo que tengo para hoy lo dejé pendiente en una entrada anterior sobre la portada del libro "Pura" (saga Sangre Vampírica), que aún no había terminado en aquel momento (click aquí para ver la entrada), y.........¡¡¡AQUÍ LA TENGO!!!


¿Qué les parece? Por fiiii opinen, porque la verdad soy nueva haciendo portadas y me gustaría saber si voy por el buen camino :3 Además, quiero agradecer a SarahJPhotography por dejarme usar su foto para crearla. MUCHAS GRACIAS/THANKS SO MUCH

Y bueno, hasta aquí esta entrada, cortita pero al menos es algo.
Un besooooooo.