viernes, 23 de septiembre de 2016

.Pura.

CAPÍTULO 17

Cogí la prenda delicadamente entre mis manos y busqué el hueco correcto. Luego, deslicé los brazos y la cabeza, sintiendo una suave caricia en la piel, hasta que el vestido quedó amoldado a mi cuerpo con perfección. Era de tela fina y negra, sin mangas, terminaba justo por encima de las rodillas y rodeaba mi cuello gracias a una cadena plateada que lo sujetaba. Además, en la parte baja del lado derecho tenía un corte de unos dieciocho centímetros que le daba a mi imagen un toque coqueto y sexy al mismo tiempo.